En muchos países de la región las
alianzas público-privadas están comenzando a ser protagonistas centrales del
desarrollo de inversión estratégica. ¿Ven, desde el SPA, futuro positivo a
estos esquemas? ¿Qué caso testigo elegiría sobre este desempeño?
Ernesto
Gutiérrez Conte: Los empresarios tenemos la obligación de invertir y
desarrollar negocios para generar empleos y bienestar; aunque nuestras
responsabilidades no terminan allí. Hoy la región necesita mejorar las
condiciones para el desarrollo de su economía. Las inversiones en infraestructura,
servicios y tecnología son algunas de las claves para el éxito y tenemos la
certeza que alcanzaremos esas metas a partir del trabajo conjunto en el sector
público y privado. Un caso testigo, un ejemplo, puede ser el Canal de Panamá,
que es uno de los puntos neurálgicos del comercio mundial.
Latinoamérica ha comenzado a transitar
años de afianzamiento de sus democracias, pero, paralelamente, en algunos
países hay síntomas de intento de violación de las instituciones
constitucionales. ¿Cómo perciben ustedes la calidad institucional de los países
de la región? ¿Les ofrece garantías de inversión la región? ¿Sienten
preocupación por algún país en particular?
Ernesto
Gutiérrez Conte: La gobernabilidad es un desafío compartido de todos
aquellos que estamos interesados en el fortalecimiento del régimen democrático.
A escala regional estamos viviendo el período más prolongado de designación de
autoridades mediante elecciones. Esto no es menor, habla de que a pesar de las
dificultades y los escollos, la consolidación de las democracias es una
realidad. Confío en la calidad institucional de los países de la región. Un
ejemplo de esto es que tenemos inversiones y negocios en la mayoría de las
naciones.
Por supuesto que hay cosas que mejorar en materia
de legislación, seguro que hay muchas políticas por instrumentar, y ahí
aparece nuestra función como sector privado que es pensar cuáles son las
herramientas necesarias y planteárselas a los gobiernos.
En los últimos años se percibe una mayor
actividad –y con mejores resultados- de las políticas de integración en
Latinoamérica, como la consolidación del Sica en Centroamérica; de Unasur en
Suramérica; cierta reactivación también del Mercosur; a su vez, México afianza
sus TLC con Centroamérica y Colombia. ¿Cómo impacta este nuevo escenario en el
clima de negocios de Latinoamérica?
Ernesto
Gutiérrez Conte: Todo ese movimiento es positivo, impacta positivamente.
Los avances en materia de integración regional favorecen la expansión
empresarial. Hay más facilidades para la circulación de bienes,
servicios, capitales, recursos humanos, etcétera. Esto permite reducir los
distintos costos -tanto monetarios como de tiempo- en materia de transporte,
impositiva, logística, por ejemplo. Latinoamérica ha dado un gran salto
productivo a partir de la integración y se espera una profundización de esta
estrategia.
Si le hablo de “socios para el
crecimiento”, con cuáles cree que Latinoamérica tiene mejores posibilidades de
hacer negocios de modo equilibrado y con justicia para el propio desarrollo de
la región, ¿con China, con Europa, con Estados Unidos, con los BRICS?
Ernesto
Gutiérrez Conte: En esta coyuntura, creo que China y el mercado asiático
son los socios indicados. Sin duda, su perfil demandante de productos primarios
y de manufacturas de origen agropecuario (MOA), inyectan dinamismo a la
economía latinoamericana. Sin embargo, el avance de la globalización obliga a
mejorar permanentemente las relaciones con todos los países y regiones.